lunes, 20 de mayo de 2013

¿somos incompletos recuerdos?




Somos incompletos recuerdos
No somos ni carne ni alma. Nuestra vida y lo que dure depende de nuestro legado en forma de recuerdos, propios y de otras personas- Nosotros mismos, nuestra visión de nuestra propia vida también son recuerdos, imágenes difusas, flashes, pedacitos, detalles desde una visión subjetiva. Nunca podremos salir de nosotros mismos y vernos desde fuera.
Cuando nos vemos desbordados por los sentimientos, nos pintamos la cara con lágrimas, trazos, dibujamos caminos con ríos de agua sobre nuestras mejillas.
El llanto es voz. No se debe reprimir. Las lágrimas tampoco, pudiendo el Señor decir misa (el libro del profeta Jeremías artículo 31:16). Si llorar es un acto de rebeldía, yo soy rebelde-
Sin embargo, para ser un acto de rebeldía no se hace mucho en público. Se grita más que se llora, porque llorar es no querer cambiar las cosas. Tanto si se llora por pena como si se llora por alegría, no es una actitud activa. Sentir y contemplar lo que se muestra ante nosotros, inquieta cuando se ven unos ojos llorar sin ningún contexto ni nada que podamos ver delante. Si lo viésemos, en el caso de este video, ¿qué sería? ¿El objetivo de una cámara? ¿Acaso una cámara provoca el llanto? O en el momento de verlo, ¿es el espectador el que lo está provocando? Esa es la sensación transmite una persona cuando llora delante de ti a través de una pantalla, aunque no hay coincidencia de tiempo. Podría colocarse cualquier persona o cosa, darle al “Play” y el personaje seguiría llorando delante de ella . ¿La sensación para el espectador sería la misma?
Uno puede sentir que es el culpable, otro puede ponerse en el lado del personaje y empatizar… ¿qué es lo que lo provoca? O puede sentirse como una tercera persona ajena que ve lo que ocurre desde fuera…como es el cine. Esto inquieta, porque, para ser la tercera persona, en el cine vemos la situación con una persona enfrentada a otra y la cámara que lo graba (los ojos del espectador) sin estar en el eje de esas dos personas, una frente a otra. Sea como fuere esa escena se nos acaba haciendo incómoda y larga porque nuestro instinto (escojamos el papel que escojamos en la situación) nos pide cambiar eso, hacer algo para cambiarlo. Pero, no se puede, y seguirá hasta que la línea de tiempo cinematográfico se acabe, en la interpretación, en los actores, el tiempo de los sentimientos acaba en el punto en el que se corta la escena.
Nunca tendré la respuesta a esto…y creo que nadie la tendrá.
Estamos hechos de un material fotosensible que a la vez es cámara fotográfica, de video, de sonido… Duramos lo que dura el obturador de nuestra vida. Después, queda nuestra imagen, desaparecemos en el momento en el que se cierra el obturador después de abrirse y lo único que queda es la destrucción progresiva de nuestra materia fotosensible.
Me inquieta ver fotografías de gente que está o no está, pero, ¿qué más da? En los álbumes de fotografías o todos están vivos o todos están muertos pero están ahí seleccionados. Algunos revueltos y puestos al lado de otros que igual nunca llegaron a conocer. Cementerios son álbumes de personas, una al lado de otra, guardadas sin moverse para siempre en su casillero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario